Son muchos los factores que pueden provocar que suframos arañas vasculares o telangiectasias, esas venas superficiales y finas que aparecen en distintas zonas. Factores hereeditarios, tabaquismo, sedentarismo, trastornos endocrinos, edad…
A través de diferentes técnicas se puede lograr una eliminación de las mismas de manera rápida e indolora.
¿Te animas a conocer algunos de ellos?
Microesclerosis
Las telangiectasias y arañas vasculares, son dilataciones del plexo venoso subpapilar, a nivel de la dermis. Dado que se localizan inmediatamente debajo de la epidermis, son muy visibles, lo cual constituye un inconveniente estético y una de las patologías que se ven con mayor frecuencia en la consulta de cirugía vascular.
Como sucede en las varices, la presencia de telangiectasia no presenta correlación con la edad, pudiendo aparecer en edades jóvenes, siendo por tanto recomendable su tratamiento en las primeras fases. El diagnóstico previo mediante un estudio con eco-Doppler es fundamental para obtener resultados óptimos.
¿Cómo funciona?
En la actualidad existen diferentes tipos de tratamiento para las arañas vasculares, pero quizás la microesclerosis y el láser son los más eficaces. El láser, aunque algo doloroso, se aplicaría en un segundo tiempo sobre aquellas de pequeño tamaño difíciles de canalizar.
El tratamiento consiste en inyectar mediante una jeringa hipodérmica el fármaco en la vena, con lo cual se desplaza a la sangre y altera la pared interna de la vena, provocando una retracción y desaparición de las varices.
La técnica es indolora y en una o varias sesiones (dependiendo de la extensión de las varices) permite obtener buenos resultados. Dado que es una técnica ambulatoria, después de la sesión, la paciente hace una vida normal.
Láser vascular
Las indicaciones del láser en el manejo de las lesiones vasculares se fundamentan en la teoría de la fototermólisis selectiva, que constata la capacidad por parte de una determinada longitud de onda de ser absorbida y destruir un cromóforo específico, sin dañar las estructuras colaterales o subyacentes. En el caso de las lesiones vasculares, el cromóforo diana que vamos a tratar es el pigmento contenido en los glóbulos rojos, conocido como hemoglobina. De esta manera, el vaso circundante absorbe suficiente energía y es coagulado.
En otras palabras, la aplicación del láser ocasiona un incremento de la temperatura en el interior del vaso tratado, lo cual produce la coagulación sanguínea con el posterior colapso de las paredes del vaso y su desaparición por absorción gradual por parte del organismo.
Resultados
Los resultados se empiezan a observar tras 2 meses de la primera sesión, siendo necesarias una media de entre 4 y 6 sesiones. El tiempo entre sesiones ha de ser de 2 meses como mínimo, lográndose obtener resultados de aclaramiento de hasta un 90%, dependiendo del tipo de lesión a tratar.
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